viernes, 26 de junio de 2009

Redemption Song


Tengo la necesidad de escribir pero no hay caso, las susodichas no creen que sea necesario aparecerse, y no lo hacen. Como verás, no me sorprenden ya las paradojas. Quizás me habré acostumbrado a que la vida se convierta en la paradoja típica de la existencia. Así se maneja. Me asusta que se repita, que vuelva a buscar fantasmas (sin querer queriéndolo) que tanto nos costó espantar. El terror y el desasosiego, el ver como todo lo construido se cae en cuestión de segundos. Ni siquiera me pregunto la razón porque la respuesta está a la vista de todos. Rescato, a falta de fe (momentánea), mi fuerza de reserva que es lo único que llevo conmigo. Sólo fuerza y melodías. Que no hice yo pero que son mías también. Con eso batallo, como puedo. Intento, trato, de ponerle ladrillos a la pared de los tiempos prósperos: ése es mi deber.
Sólo que hoy se me hace difícil.

1 comentario:

M. dijo...

Como el tiempo es algo que a veces nos marea, supongo que quizá, un día se dé cuenta que los ligamentos no alcanzan a estar estirados como para poner el último ladrillo, lo que quiere decir que el muro ya está construído.
A veces, las cosas buenas, importantes, opacan las posteriores cosas que nos pasan. Pero creo que es normal, y no puede terminar ahí.
Creía que estaba leyendo algo como la canción que quiere escribir Pity y no se le ocurre nada, pero veo que era algo más... profundo, realmente. Bueno, un abrazo y un gusto leerte.