Te ruego que respires todavía!
Hoy, a treinta y siete años, si esperan que nos callemos... que sigan esperando.
Se me viene a la cabeza una frase tan vasta en sí misma como la que pronunció el -entonces- presidente de Chile Salvador Allende en un discurso en la Universidad de Guadalajara, México. El mismo fue derrocado a manos de un golpe militar antes que tuviera lugar esta oscura Noche de los Lápices en la ciudad de La Plata, mi querida ciudad.
Allende sostuvo que "Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica". Y más que por su lucha por conseguir el boleto secundario gratuito, a estos adolescentes se los persiguió, secuestró, torturó y se los hizo desaparecer por el sólo hecho de militar, de participar en la política, en centros de estudiantes de sus colegios. Sólo por defender sus ideas. Abominable.
Nunca dejemos que nos maten en vida, que nos digan cómo pensar ni cómo actuar. No permitamos injusticias, cada uno desde el lugar que le toca. Mirar al pasado para seguir escribiendo el presente, y trazando el futuro.
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